miércoles, 9 de diciembre de 2009

Actualidad Política

“Cuando todo el mundo se equivoca todo el mundo tiene razón …”

La pertinaz posición del Poder Ejecutivo en mantener los DNU (decretos de necesidad y urgencia) referidos al “Fondo del Bicentenario”, que permitiría pagar la deuda pública con reservas del Banco Central, pese a estar presupuestado los fondos para ese mismo fin, nos recuerda el desistimiento de Roca ante un proyecto enviado al Congreso que carecía de apoyo popular. Mientras Roca comprendió que un debate que importaba a acreedores externos iba a ser perjudicial para el prestigio argentino, la actual presidente insiste en sostener una medida invasiva del Poder Legislativo, cuya resonancia en el exterior produjo embargo de cuentas del BCRA, comentarios adversos sobre el INDEC y sobre el canje de la deuda. Este capricho de la presidente no tiene parangón en la historia argentina. Conviene recordar los hechos históricos de aquella medida del presidente Roca:
Corría el año 1901, gobernaba el general Julio A. Roca, y con el objetivo de ordenar las finanzas públicas, el PE envió un proyecto al Congreso para unificar la deuda que estaba distribuida en más de treinta empréstitos, además de deudas de ocho provincias que el Estado Nacional se había hecho cargo. El proyecto había sido estudiado por el ministro Berduc y por el banquero Tornquist, que consistía en la emisión de un único bono a una tasa del 4 % anual en reemplazo del total de la deuda que abonaban, en algunas de ellas, hasta un 7 % anual, mientras que el estado argentino les garantizaba a los acreedores con depósitos diarios del 8% de los ingresos aduaneros depositados en el Banco Nación para ser transferidos a los tomadores de los bonos. Roca habló con Carlos Pellegrini para que, desde el Senado de la Nación, apoyara el proyecto, previa consulta por el propio senador con la Banca Rothschild y Morgan. Pellegrini se entusiasmó con la iniciativa y le puso todo su vigor, como era su costumbre. Se aprobó en el Senado, pero cuando estaba en la Cámara de Diputados comenzó una agitación popular que llegó a límites insospechados, cuya argumentación se basaba en que la Banca internacional tomaría intervención en las finanzas nacionales, lo cual significaría una “pérdida de soberanía”. Se llegó a declarar el estado de sitio para calmar la repulsa del proyecto. Entonces, Bartolomé Mitre, haciendo gala de su oportunismo dialéctico le dice a Roca una célebre frase: “Cuando todo el mundo se equivoca todo el mundo tiene razón”. Esta frase impactó de tal manera en la opinión del presidente, que envió un mensaje al Congreso desistiendo del proyecto. Pero Roca se equivocó, y muy feo: se olvidó de Carlos Pellegrini que hasta se había jugado su integridad física, enfrentando a una turba en la puerta de su casa que lo hirió en la cabeza. No concertó con su fiel y brillante compañero del proyecto político del 80. Pellegrini se enojó de tal manera que le quitó definitivamente el apoyo a Roca. Éste, creyendo que, como había ocurrido en otras oportunidades, Pellegrini olvidaría y les dijo a sus amigos: No se preocupen, el “Gringo” volverá. Pero el “Gringo” no volvió y se transformó en un ácido opositor.¿Habría estado equivocado Roca?; tal vez. Pero lo cierto es que hubo una gran oposición al proyecto, y cuando esto ocurre el mandatario debe tener la sensibilidad suficiente para rectificar actos que aún creyendo que son positivos son rechazados por la opinión pública, así le signifiquen la pérdida de la adhesión de un enorme político como era el caso de Carlos Pellegrini.


Beagle: Entre la Paz y la Soberanía

El conflicto del Beagle cuyos antecedentes están relacionados con otros de más antigua data, que hoy a tomado actualidad con la visita de la presidente y comitiva al Santo Padre, se remontaba a más de cien años de disputa y tuvo solución pacífica, finalmente, en 1984, cuando el gobierno argentino, tras una consulta popular, aceptó la propuesta de la Santa Sede, siguiendo los lineamientos de la propuesta de Su Majestad Británica, que otorgó las tres islas a Chile, siendo la Argentina quien contribuyó en mucha mayor medida a dicha solución pacífica.
Para la Argentina el diferendo con Chile no era una cuestión que involucrara solamente el área insular en disputa, sino que indirectamente comprende las islas Malvinas. Para Inglaterra era un objetivo debilitar geopolíticamente la posición argentina en cuanto conflicto limítrofe tuviere, en especial el Atlántico Sur.
Asimismo, es útil recordar que cuando en 1833 Gran Bretaña usurpa violentamente las Malvinas, nuestra cancillería lo informa a todos los gobiernos sudamericanos. Chile permanece callada, no obstante, estar obligada a solidarizarse, por el Tratado de “Amistad y Alianza” firmado entre los dos países en 1826.
Nuestro país ha valorizado la paz en distintos conflictos que tuvo con sus similares limítrofes y ha cedido territorio en diversas oportunidades, sin olvidar que ha contribuido, con su mediación, a la paz de países vecinos.
De modo que la paz para el pueblo argentino tiene un valor superlativo como se ha demostrado, y en el caso del Beagle lo puso de manifiesto en la decisión del pueblo y la de sus gobernantes que no quisieron pasar a la historia como ganadores de una guerra.
Sin embargo, hay que separar los conceptos que en aquella oportunidad se mezclaron, confundiendo, y aún persiste esa confusión, entre la paz, la soberanía y los sentimientos espirituales.
Ya hemos visto que imperó en pueblo y gobierno el valor de la paz, pero la Argentina decididamente resignó soberanía, dando por tierra algunos principios básicos como el bioceánico y la división oceánica del Cabo de Hornos, que hoy no sugiere ningún conflicto, pero no sabemos si Chile, en un futuro, pretenderá territorios argentinos que dan cara hacia el Océano Atlántico. Desde todos los tiempos doblar en el Cabo de Hornos era y es para los marinos cambiar de océano. Además la Propuesta introduce confusión llamando a los océanos Mar Austral, cuando este mar no existe.
El laudo papal asigna validez al Tratado de Límites de 1881 y deja de lado el Protocolo Adicional y Aclaratorio de 1893 y los Pactos de Mayo de 1902, cometiendo el mismo error que Su Majestad Británica. En realidad fue un error o una decisión influenciada por la adhesión que Chile profesaba a los actos que Inglaterra tomaba en materia internacional y, especialmente, en las cuestiones con la Argentina.
El Protocolo del 93, cuyo título es Adicional y Aclaratorio del Tratado de Límites de 1881, es justamente eso, adicional y aclaratorio, porque agrega cláusulas y aclara conceptos y disipa dudas, y si se firmó entre las dos partes sería porque era necesario establecer claramente ciertos principios fundamentales asentados en el Tratado de 1881 que no estaban claros. Todos los instrumentos (1881, 1893 y 1902) constituyen un todo y son ley suprema de la Nación de acuerdo a normas constitucionales.
Es sabido que la política se inmiscuye en todos los ámbitos, aún en aquellos que están cobijados con el manto de la espiritualidad. ¿A qué viene esta reflexión? A que el Vaticano, como que es un Estado en el concierto internacional, está ligado al resto del mundo por intereses políticos y materiales. Dice Osiris Villegas: “La contrapartida religiosa de la convalidación del Laudo Británico salió a la luz el 16 de enero de 1982, cuando Juan Pablo II anunció su viaje al Reino Unido, expresando «espero que mi visita sirva a la causa de la aproximación entre la Iglesia Católica Romana y la Comunidad Mundial Anglicana –a la que pertenece también la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos– y que acelere la tan deseada unión». ”No podemos omitir en este comprimido análisis, el rol que Chile cumple en la estrategia británica como país de complemento y, seguramente usufructuario en alguna medida de la política inglesa en el Atlántico Sur y su proyección hasta la Antártida. Política que involucra, como consecuencia de una revalorización del área en disputa, la explotación futura de los recursos naturales existentes, o sea petróleo y proteínas. Las actitudes y el accionar de la política trasandina en la región, ostensible respecto a las Malvinas, islas australes y boca oriental del Estrecho de Magallanes, todo en jurisdicción argentina, pone en evidencia el entendimiento chileno–británico, en nuestro detrimento. Llevar al ámbito religioso un tema que es esencialmente terrenal y de intereses para dos naciones, es comprometer, en el caso argentino, a todo un pueblo que tiene sentimientos católicos y está consustanciado con la Fe cristiana”.
El Tratado de 1881 fue “un acuerdo sin mapa” y dice así: Artículo 1º: El límite entre la República Argentina y Chile es, de Norte a Sur hasta el paralelo 52º de latitud, la cordillera de los Andes. La línea fronteriza correrá en esa extensión por las cumbres más elevadas de dichas Cordilleras que dividan las aguas y pasará por entre las vertientes que se desprenden a un lado y otro. (...)
Artículo 2º: En la parte Austral del Continente y al Norte del Estrecho de Magallanes el límite entre los dos países será una línea que, partiendo de Punta Dungeness, se prolongue por tierra hasta Monte Dinero; de aquí continuará hacia el Oeste siguiendo las mayores elevaciones de la cadena de colinas que allí existen hasta tocar en la altura de Monte Aymond. De este punto se prolongará la línea hasta la intersección del meridiano 70º con el paralelo 52º de latitud y de aquí seguirá hacia el Oeste coincidiendo con este último paralelo hasta el divortia aquarum de los Andes. Los que quedan al Norte de dicha línea pertenecerán a la República Argentina, y a Chile los que se extiendan al Sur sin perjuicio de lo que dispone respecto de la Tierra del Fuego e islas adyacentes.
Artículo 3º: En la Tierra del Fuego se trazará una línea que, partiendo del punto denominado Cabo del Espíritu Santo en la latitud 52º 40 minutos, se prolongará hacia el Sur, coincidiendo con el meridiano occidental de Greenwich, 68º 34 minutos, hasta tocar el canal de Beagle. La Tierra del Fuego dividida de esta manera, será chilena en la parte occidental y argentina en la parte oriental. En cuanto a las islas pertenecerán a la República Argentina la isla de los Estados, los islotes próximamente inmediatos a ésta y las demás islas que haya sobre el Atlántico al oriente de la Tierra del Fuego y costas orientales de la Patagonia; y pertenecerán a Chile todas las islas al Sur del canal de Beagle hasta el Cabo de Hornos y las que haya al occidente de la Tierra del Fuego.
Otro de los instrumentos fundamentales para demostrar el derecho que la Argentina le asistía sobre los territorios insulares en litigio en el Atlántico Sur, es el “Protocolo Adicional y Aclaratorio del Tratado de Límites del 23 de Julio de 1881”, firmado en Santiago de Chile el 1º de mayo de 1893.
Artículo1º: Estando dispuesto por el artículo 1º del Tratado del 23 de julio de 1881, que el límite entre Chile y la República Argentina, es de norte a sur hasta el paralelo 52º de latitud, la cordillera de los Andes y que la línea fronteriza correrá por las cumbres más elevadas de dicha cordillera que dividan sus aguas y que pasará por entre las vertientes que se desprenden a un lado y otro, los peritos y las subcomisiones tendrán este principio por norma invariable de sus procedimientos (...)
Artículo 2º: Los infrascritos declaran que, a juicio de sus Gobiernos respectivos, y según el espíritu del Tratado de Límites, la República Argentina conserva su dominio y soberanía sobre todo el territorio que se extiende al oriente del encadenamiento principal de los Andes, hasta las costas del Atlántico, como la República de Chile el territorio occidental hasta las costas del Pacífico, entendiéndose, que, por las disposiciones de dicho Tratado, la soberanía de cada estado sobre el litoral respectivo es absoluta, de tal suerte que Chile no puede pretender punto alguno hacia el Atlántico, como la República Argentina no puede pretenderlo hacia el Pacífico. (...)
De la simple lectura de algunos artículos de estos dos instrumentos, aún para el lego, queda claro que el límite de los dos países es las cumbres más elevadas de la cordillera de los Andes y la divisoria de las aguas, por una parte y, por la otra, que Chile no puede pretender punto alguno sobre el Atlántico como la Argentina sobre el Pacífico. Asimismo que son de propiedad de la Argentina las demás islas que haya sobre el Atlántico al oriente de la Tierra del Fuego y pertenecerán a Chile todas las islas al Sur del canal de Beagle hasta el Cabo de Hornos y las que haya al occidente de la Tierra del Fuego. Estos son los principios jurisdiccionales sobre los que se debe asentar cualquier tratado de límites. Sin embargo no fue así.
Enrique de Gandía en su intervención en la obra sobre la vida de Arturo Frondizi, nos dice con una claridad meridiana: “La cuestión del canal de Beagle es clara. Los pactos firmados con Chile establecieron muy bien que serían chilenas las tierras e islas situadas al sur del canal de Beagle y se hallasen frente al océano Pacífico, y que serían argentinas las islas y tierras que mirasen al Atlántico. El canal de Beagle termina donde realmente termina el canal, o sea, donde tiene dos costas. Es elemental repetir que un canal, para que sea considerado canal, tiene que tener dos costas. Si tiene una sola costa, no es un canal, es una costa. Más simple, imposible. Pues bien: el canal deja de ser canal al oeste de las tres islas. Estas se hallan al sur de una costa norte y frente al océano Atlántico. Conforme a los tratados existentes entre la Argentina y Chile, las islas Picton, Lenox y Nueva son argentinas”.
Podemos preguntarnos si la Argentina procedió bien en esa oportunidad. Creemos que la decisión final estuvo acertada en el sentido de evitar una posible guerra con un país limítrofe –porque como dijo Alberdi la guerra es un crimen–, pero no podemos negar que la actuación diplomática argentina en muchos pasajes de las negociaciones dejó mucho que desear. Pero de todos modos lo que cuenta es el resultado final de la negociación y ésta fue beneficiosa para nuestro país, aún a costa de soberanía. Pero en un mundo globalizado en donde los intereses internacionales juegan un papel preponderante, el destino de la Argentina en el sector austral está altamente comprometido y será el futuro quien determine si la decisión argentina, definitivamente, fue acertada. Lo que sí es incuestionable es que hay que decirles a las generaciones actuales, que en aquel momento de la decisión se confundieron la paz con la soberanía.

Mestizos políticos
Decía Leopoldo Lugones en su “Imperio Jesuita” refiriéndose a la ocupación árabe en España que "...ningún pueblo sufre en varias generaciones la conquista, sin resultar poco menos que mestizo del conquistador. Por resistido que éste sea, por mucho que se le aborrezca, a la larga establece relaciones inevitables con el vencido."
La reforma electoral propuesta por el Poder Ejecutivo pareciera que estuviese inspirada en este pensamiento de Lugones. Porque el proyecto incorporando internas abiertas y obligatorias no hace más que forzarnos a quienes no nos conforman los partidos tradicionales a votar dentro de sus estructuras.
Nadie puede hacernos votar obligatoriamente en una interna. Pero de qué interna estamos hablando si no nos sentimos dentro de esos partidos que nos dan para optar. ¿O es que no podemos disentir con los principios y, sobre todo, la utilización de metodologías extrañas a nuestra formación republicana que usan ciertos partidos políticos? ¿Es que debemos sentirnos mestizos de segunda clase (según los autores del proyecto) concurriendo a votar por algún partido que no es de nuestro agrado? ¿O el conquistador se ha hecho dueño de nuestras mentes?
Señores gobernantes y legisladores, lean a Alberdi. Lean La omnipotencia del Estado es la negación de los derechos individuales.
Parece que los conquistadores a punta de sable han sido reemplazados en la Argentina por la dictadura de las mayorías. Realmente es preferible caer doblegado ante una espada conquistadora que ante un gobernante inescrupuloso que usa una mayoría transitoria para hacernos sentir la venganza de una derrota a la que ha sido inflingido.

martes, 15 de septiembre de 2009

Comentarios sobre la función vicepresidencial

En mi carácter de autor del libro "Los Vicepresidentes", editado en enero de 2008, he estudiado la función vicepresidencial a lo largo de los 33 ciudadanos que ocuparon el cargo, me permito realizar algunos comentarios sobre la procedencia de las formas constitucionales que presenta nuestro actual régimen. Las anomalías que a continuación detallo tuvieron su adecuación a la realidad en la Constitución de los EEUU, mediante la "Enmienda XXV, sección 2", que tenía las mismas características que nuestra Constitución, ya que fue copiada por los constituyentes del 53 y que en las reformas sucesivas de 1860, 1866, 1898, 1949, 1957 y 1994 no fueron corregidas.
Comentarios
La función y sus alcances del cargo del vicepresidente no están constitucionalmente aclaradas y han quedado a la interpretación de los especialistas, los cuales no coinciden plenamente; mientras Bidart Campos dice que el vicepresidente "forma parte del órgano congreso", o sea, está dentro y no fuera, de uno de los tres poderes -el legislativo -("Manual de la Constitución Reformada", pág. 204), en tanto que otros, como el caso de Miguel A. Ekmekdjian, argumentan en contraposición que dicho cargo "le otorga una naturaleza jurídica híbrida, ya que no pertenece al Poder Ejecutivo, y aún presidiendo el Senado, no se puede afirmar que pertenezca a él, dado el carácter eminentemente federal de esta Cámara" (González Calderón, "Manual de la Constitución Argentina", pág. 482).
Lo mismo ocurre con la solidaridad del vicepresidente con el presidente, ya que la Constitución Nacional nada dice al respecto. Los constitucionalistas coinciden en la integridad programática de la fórmula: Así González Calderón dice: "los constituyentes creyeron que era necesario contar con dicha institución para lograr más cumplidamente la continuidad de la acción ejecutiva, imposibilitando de tal modo que ésta pudiera ser paralizada, interrumpida o trastornada por la inmotivada frecuencia de elecciones presidenciales" ("Curso de Derecho Constitucional", pag. 482).
También coincide Marie France Toinet al decir que el vicepresidente "es el delfín del mandatario, puesto que está llamado a sucederle en caso de que la presidencia esté libre", agregando que, "con frecuencia un vicepresidente es más importante por motivos estratégicos que por sus cualidades personales", (Marie-France Toinet, "El sistema político de los Estados Unidos", pág. 129) (Materia: Actividad Legislativa del Estado Cátedra: Dr. Carlos Ignacio Salvadores de Arzuaga Dr. Sergio Eduardo Real).
Cabe aclarar que la solidaridad del vicepresidente no alcanzaría en asuntos morales, religiosos o transgresiones a la Constitución Nacional, como ocurrió recientemente con el voto contrario del vicepresidente Julio Cobos al proyecto del Poder Ejecutivo, en cuyo articulado se delegaban facultades legislativas en este Poder, reconocidamente inconstitucionales. El conflicto institucional que en el año 2008 se presenta, es una reedición, aunque por causas distintas, pero siempre dentro del marco de funciones vicepresidenciales no claras, las desinteligencias de Pelagio B. Luna con Yrigoyen, Elpidio González con Alvear, Ramón Castillo con Ortiz, Alejandro Gómez con Frondizi, Carlos "Chacho" Álvarez con de la Rúa y el principio de la gestión de Daniel Scioli con Kirchner.
Lo dicho confirma que la actual forma constitucional reconoce lagunas institucionales al no tener el vicepresidente reemplazo, como sí lo tienen el propio presidente con el vicepresidente, los senadores y diputados con sus suplentes.
Esta anomalía se presenta:
Cuando en ausencia temporal o permanente del vicepresidente debe asumir la presidencia del Senado el vicepresidente 1º de la Cámara de Senadores, restando un voto a una provincia, ya que el senador que asuma es un senador que no tiene voto salvo en caso de empate. Esta anomalía ha sido resuelta con la modificación del reglamento de la Cámara de Senadores, que permite al vicepresidente 1º en uso de la presidencia, bajarse y votar como un senador más, pero esto implica que la provincia representada tenga un voto más en caso de empate, lo cual es una solución a medias y por vía reglamentaria.
Cuando fallece el vicepresidente antes de asumir, el presidente no tiene el reemplazo natural y se debe recurrir a una nueva elección para cubrir el cargo. Dos casos se presentaron en la histora con conflictos institucionales evidentes:
1. En 1928 triunfó la fórmula Hipólito Yrigoyen-Francisco Beiró y los Colegios Electorales los proclamaron presidente y vice respectivamente. La ley decía que cuando los Colegios eligieran la fórmula triunfante éstos se disolverían. Sin embargo, Francisco Beiró fallece antes de jurar y asumir el cargo. O sea, que el radicalismo se quedaba sin vicepresidente. Ante esta situación la UCR se dirige a la Justicia Electoral y solicita que los Colegios Electorales se reúnan nuevamente para elegir un nuevo mandatario. Pero esto era un acto inconstitucional. Sin embargo, la Justicia accede al pedido transgrediendo la ley, pero actuando pragmáticamente para dar solución, al mismo tiempo, del bache constitucional, previa designación de los nuevos candidatos por las Convenciones o Asambleas partidarias. El radicalismo designa al doctor Enrique Martínez, que hacía pocos días había asumido la gobernación de Córdoba y los Colegios Electorales proclaman al nuevo vicepresidente triunfante en la votación de los Cuerpos Electorales. La situación se había resuelto pero con una evidente anomalía.
2. El segundo caso aún más grave ocurrió en 1952, imperante la Constitución de 1949, que consagraba el voto directo de la fórmula presidencial. El binomio triunfante fue Perón-Quijano sobre Balbín-Frondizi, pero también ocurrió el deceso del vicepresidente electo, Juan Hortensio Quijano, como en 1928 y, el presidente Perón, debió jurar sin vicepresidente, ahora ya sin el recurso de los Colegios Electorales porque la elección era directa. La oposición exigió una nueva elección para cubrir el cargo vacante de vicepresidente y, aprovechando la renovación parlamentaria de 1954, el PEN convocó a comicios con tal fin. El peronismo propuso al contralmirante Alberto Tessaire y el radicalismo a Crisólogo Larralde. Triunfó el peronismo por cuatro millones seiscientos sesenta mil votos contra dos millones cuatrocientos diez mil votos. En este contexto cabe preguntarse: ¿Qué hubiera ocurrido si ganaba Larralde o al vicepresidente electo le fuera imposible acceder al cargo? Perón habría gobernado con un vicepresidente radical, en tiempos de una gran beligerancia entre ambos partidos. Creemos que sin riesgo a exagerar se hubiera presentado un disparate institucional, similar al que ocurre en la actualidad con la divergencia entre la presidente Kirchner y el vicepresidente Cobos.
Hechas estas consideraciones básicas sería procedente que en estos momentos de interés ciudadana sobre las funciones vicepresidenciales, se ensayen comentarios referidos a una posible reforma de la institución.
En nuestro libro "Los Vicepresidentes" hemos criticado la ausencia de reemplazos del cargo, lo que ha producido conflictos institucionales que también hemos señalado y aún anomalías de orden federal. En un marco general de reforma constitucional, muy lejana por cierto pero no menos necesaria, teniendo en cuenta que gran parte del deterioro económico se inscribe en la ausencia de instituciones fuertes adecuadas a la realidad de un mundo cambiante.
Propuesta
1. Del Vicepresidente
En principio habría que aislar al cargo del vicepresidente de funciones legislativas y transformarlo en una institución exclusiva del Poder Ejecutivo y otorgarle, además de ser el reemplazante natural por ausencia temporal o permanente del presidente, nuevas funciones ejecutivas como Encargado de Negocios y Relaciones Extranjeras, cargo similar al que cubrió Rogelio Frigerio, denominado Secretario de Relaciones Económicas de la Presidencia, durante la gestión del presidente Arturo Frondizi con excelentes resultados para la gestión ejecutiva.
En estos tiempos de un mundo globalizado es aún más necesario que un miembro del PEN, legitimado por el voto de los ciudadanos, realice en nombre del presidente, siguiendo las políticas de estado diseñadas:
a. Tomar contacto con países factibles de realizar nuevos negocios.
b. Realizar proyectos y acuerdos bilaterales y multilaterales.
c. Realizar acuerdos también de orden cultural y científico en íntima armonía con el Ministerio de Relaciones Exteriores.
d. Preparando visitas tendientes a los mismos fines por el Presidente de la República.
e. La actuación activa del vicepresidente atenuaría el presidencialismo y posibilitaría una mayor integración de la fórmula presidencial. El origen electoral igualitario de los dos primeros magistrados daría al vicepresidente una mayor jerarquía institucional.
2. Del Presidente del Senado
Con la reforma de la función vicepresidencial se requeriría proveer una Presidencia del Senado de la Nación, quien podría ser elegido en forma indirecta por Colegios Electorales, con candidatos expuestos en las boletas partidarias, que funcionarían del mismo modo que los senadores y fórmula presidencial.
Se elegirían en los mismos tiempos que los titulares del PEN, y sería aconsejable recurrir a ex presidentes, ex jueces y ex senadores decanos.
Ostentaría la Presidencia del Congreso, toda vez que presidiría la Asamblea Legislativa. (Recuérdese que siempre se dijo que José Figueroa Alcorta fue el único ciudadano que presidió los tres Poderes)
3. Los Reemplazos
a. Del Vicepresidente.
Como hemos visto la ausencia del reemplazo de Vicepresidente de la Nación ha sido factor de conflicto institucional. Por lo tanto se debería arbitrar mecanismo de designación de reemplazo del vicepresidente en ausencia permanente, como lo ha hecho la enmienda XXV, sección 2 de la Constitución de los Estados Unidos, en donde se facultaría al Presidente de la Nación ha designar un ciudadano hábil con acuerdo de la Asamblea Legislativa para cubrir el cargo vacante.
b. Del Presidente del Senado:
La designación del reemplazante del Presidente del Senado, podría ser designado por este Cuerpo mismo, resolviendo el menoscabo de una provincia que le quita un voto cuando debe presidir el vicepresidente 1º
Las lagunas constitucionales producen conflictos interpretativos de la Carta Magna y cuando se trata de los más altos niveles de la jerarquía del Gobierno, es necesaria una rápida resolución por vía de la reforma.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Juan Bautista Alberdi


Charlando con Juan Bautista Alberdi es una biografía novelada en la que Rodolfo Sala hace un gran esfuerzo para otorgarle a la obra de alguna originalidad y despojar al protagonista de cierto acartonamiento con el cual casi siempre se lo ha tratado. Es el propio Alberdi quien cuenta su vida a un simpático y honorable joven abogado rosarino. Se trata de Diego Lagos, hijo de un prestigioso periodista de Rosario; el personaje de ficción que es quien escribe el libro. Esta circunstancia, que tanto Alberdi como Diego son contemporáneos, inhibe al autor a realizar referencias posteriores a 1890, año en que supuestamente se edita el libro. Sin embargo, la copiosa bibliografía y epistolario del que se vale Sala para probar autenticidad a los relatos, tanto de Juan Bautista como de Diego Lagos, otorgan a la historia el carácter de una auténtica biografía. La vida sentimental y privada de Juan Bautista, salvo algunas referencias que él mismo relata, la cuenta Diego. Alberdi embeleza a las mujeres con su música y su seducción personal, pero ninguna logra que concrete su pedido de casamiento. Inaugura su vida sentimental en su Tucumán con Julia Alurralde, para luego transformarse en un romance dramático con Petrona Abadía, de cuya unión nace su hijo Manuel. Luego en Montevideo, se enamora de Lastenia Videla, a quien deja esperando luego de su primer viaje a Europa. En Chile tiene relaciones con “la sordita” Jesusa Muñoz, y un amor platónico con Matilde Lamarca, pero que bien pudo haberse concretado en matrimonio ya que todo su entorno, y ella misma, esperaban tal desenlace. Su relación con la viuda Ignacia Gómez de Cáneva, la dama del vestido punzó, protagoniza un hecho que por veinte años se habló y se le recriminó a Juan Bautista. Y finalmente el amor más serio que tuvo, no por su intensidad, pero sí porque Angelina Daugé, su fiel ama de llaves, lo cuidó y lo acompañó hasta su muerte. Su obra literaria tiene un lugar destacado en la biografía ya que marca un hito en la defensa del liberalismo político. Su comunión con Esteban Echeverría le da mayor fortaleza a sus principios y es Echeverría justamente quien lega a Alberdi su pensamiento.


Presentación del Libro “Charlando con Juan Bautista Alberdi”
Por Elvira Manzur

Señoras, señores: Presentamos hoy la segunda obra de Rodolfo Sala: “Charlando con Juan Bautista Alberdi”, escrito con la misma solvencia y perseverancia en la labor de investigación de “Los Vicepresidentes” del año 2007 y de sus notas periodísticas. Quiero resaltar que he dicho obra y no libro ex profeso por cuanto obra significa construcción. Y aquí se ha construido una trama como un entretejido donde encontramos historia, investigación periodística y hechos ficcionales. Un conjunto de diversos tipos de textos que retratan a Juan Bautista Alberdi mejor que cualquier biografía, porque su vida nos la cuenta él mismo. Esta situación le da a la palabra realidad; realidad que amalgamada con la literatura logra una perfecta simbiosis que da al texto identidad y estilo. Diego Lagos, hijo de un prestigioso periodista de Rosario, que es quien realiza las charlas logra el retrato de un Alberdi real, verídico, creíble. E espacio ficcional en que ambos se mueven da al relato contado por este personaje – autor un contexto novedoso, lo que se traduce en frases, ideas, que logran una nueva dimensión: la de la cotidianeidad, la del acercamiento con el lector que por momentos siente que es él quien habla con Alberdi. El autor juega con la retrospección, que busca en el pasado situaciones que revisamos y que vivimos en el presente a través de personajes que de tan auténticos logran vida propia. Una mirada integral entre la historia, el periodismo y la literatura, donde se vuelca un arduo trabajo de investigación en el que los textos originales de archivos se narran en un estilo intimista. No es la crónica de una historia, sino la historia de una vida que podría ser la de un contemporáneo por lo actual.
Lo mejor está dado en los diálogos. Por allí la novela avanza con desenvoltura logrando reconstruir un Alberdi que brinda información sobre una época, una sociedad y un espacio físico y a través de este ficticio periodista se recuperan relatos inéditos y testimonios inesperados de un hombre y un político que protagonizó uno de los grandes capítulos de la historia nacional. Se nota que Rodolfo Sala no quiere descubrirnos sólo una verdad sino que él mismo camina por los pasillos de la historia con el lector descubriendo nuevas vivencias a través de una trama, argumento y personajes perfectamente estructurados sin perder de vista la estética de la palabra. Rodolfo Sala muestra que le ha puesto como suele decirse el cuerpo a su obra con tiempo, esfuerzo y seriedad.
Pero no crea el escritor que aquí termina el trabajo. Ahora que lo da a luz y lo echa a volar comienza el juego de la retroalimentación entre usted y los lectores, ya que cada uno reconstruye un nuevo ejemplar. La palabra decía Rodari es como una piedra en el estanque que hace ondas concéntricas y se expande.Señoras, señores queda aquí presentado el nuevo libro de Rodolfo Sala: Charlando con Juan Bautista Alberdi.

Diario El Argentino
DESDE LAS 20, EN LA BOTICA
Rodolfo Sala, presenta su nuevo libro, “Charlando con Juan Bautista Alberdi”
Viernes 20 de noviembre de 2009

En “La Botica de 1852”, Crámer entre Mitre y Alsina, Rodolfo Sala presentará hoy a las 20, una nueva producción bibliográfica denominado “Charlando con Juan Bautista Alberdi”.
Sala - un empresario inquieto que siempre se apasionó por la historia y la política- realizó anteriormente un libro sobre los vicepresidentes de la República, que resultó por demás interesante por la profundidad histórica con que lo abordó, cuanto porque hechos posteriores de nuestra historia reciente hicieron que la función del vicepresidente ganara singular importancia y protagonismo.
El libro que habrá de presentarse esta noche, se trata de “una biografía novelada del argentino que nació con la Patria y murió en la ausencia telúrica”, que plantea un diálogo imaginario en el que el autor de las “Bases …” relata su vida y desgrana su pensamiento ante un interlocutor contemporáneo a sus años otoñales.
A la exposición de Sala se sumará el conjunto “Grupo de la Recova”, que se ha especializado en el rescate de piezas musicales históricas. Y, precisamente, interpretará composiciones del propio Alberdi, músico también, aunque sea una de las vertientes menos conocidas de quien se distinguió por su versación jurídica y política.
más información en EDICION IMPRESA

Diario “El Fuerte”
Rodolfo Sala presentó 'Charlando con Juan Bautista Alberdi'"No se le ha hecho mucho honor a sus propuestas y a sus ideas"El autor del libro presentado el viernes en La Botica exploró su visión sobre el líder argentino que influyó en el sistema constitucionalTal y como se había anunciado el escritor local Rodolfo Sala, autor del trabajo 'Los Vicepresidentes, presentó el último viernes en La Botica de 1852 su nuevo trabajo historiográfico, en este caso con el nombre 'Charlando con Juan Bautista Alberdi', material con el que repasa la vida y obra de uno de lo próceres de nuestro país.Con el acompañamiento de la profesora Elvira Manzur como presentadora, y la actuación del Grupo de La Recova interpretando piezas musicales del propio Juan Bautista Alberdi, se vivió una agradable jornada en la que el autor de la reciente publicación literaria brindó detalles sobre su más reciente obra.El escritor dialogó con el periodista Alfredo Perona en el programa radial 'Tardes El Trébol', ocasión en la que reflexionó sobre el trabajo realizado. En ese sentido, y tras ser consultado por la falta de reconocimiento que ha tenido la figura de Alberdi, el autor del libro señaló que "de Alberdi no se habla mucho porque no se le ha hecho mucho honor a sus propuestas y a sus ideas".En cuanto a la importancia de la obra bibliográfica de Alberdi, Rodolfo Sala consideró que las bases para el sistema democrático argentino las aportó "él a través de muchos escritos, no solamente las Bases, sino que otros libros de él contribuyeron a cimentar la institucionalidad en el país, como 'Fragmentos de Estudio para el Derecho' donde en realidad empezó a sentar las bases de los principios liberales de la Constitución Nacional", agregando al respecto que "otro libro muy importante fue el 'Sistema Económico y Rentístico' que editó a los dos años de las Bases, en donde se ocupaba de la parte económica de la organización nacional".La presentación de 'Charlando con Juan Bautista Alberdi' se dio luego de álgidos días vividos en nuestra ciudad, en el marco de un conflicto político sin precedentes. Sin embargo Rodolfo Sala aclaró en ese sentido que "en realidad la institucionalidad se ha perdido desde hace muchísimos años en el país con tanta cantidad de golpes de estado que ha habido desde el año 1874 en que Mitre se levantó en armas contra el gobierno de Sarmiento, y siguiendo por una cantidad de intentos de golpes de estado y otros que triunfaron, en realidad no le hemos hecho mucho honor a Alberdi".Durante la entrevista que brindó al mencionado medio, el escritor volvió a referirse al poco nivel de consideración que ha tenido Juan Bautista Alberdi a la hora de ser homenajeado, indicando que "otra cosa de su anonimato es que él quiso permanecer en el anonimato, el fue un personaje de muy bajo perfil, no le gustaba estar en la lucha política barata y prefirió estar en un nivel distinto, con una visión cósmica del país y trató de permanecer con ese perfil".En cuanto al libro presentado el viernes en La Botica, resaltó que el mismo abarca las distintas etapas y aristas de la vida del prócer argentino, explicando que "en realidad toca toda su vida, la parte humana y así también la parte artística porque fue músico, y también por supuesto que cada intervención de él deja sentados los principios liberales con que sustentó todo su ideario".
Diario El Cronista
28 de noviembre de 2009
LA NUEVA OBRA DE RODOLFO SALA
Comentarios tras la presentación del libro “Charlando con Juan Bautista Alberdi”

En la noche del viernes 20 de noviembre otro libro vio la luz. “Charlando con Juan Bautista Alberdi” de Rodolfo Sala ilustró la noche de La Botica de 1852 en calle Cramer 214 de la ciudad de Chascomús. El público se acomodó ordenadamente, casi con el orden que hubiera deseado ver Alberdi, concretado en un país que no es. La presentación de la señora Elvira Manzur puso de manifiesto el respeto que merece el autor que ha trabajado duramente en biografiar a un hombre del que ya tanto se ha escrito, como refirió el mismo Sala. El prólogo leído por la misma Manzur, una joya desde lo literario, nos dibuja los últimos momentos del padre de la Constitución. Original propuesta de Rodolfo Sala que al modo de Soy Roca, es el mismo homenajeado quien nos cuenta su historia, intercalando diálogos que casi novelan la biografía. El acto, no voy a negarlo, fue un poco largo y el recreo necesario, aunque corto, lo intercaló un trío de instrumentos de viento que mostró a la concurrencia el aspecto musical del pensador. Entre minués y valses, Alberdi y Sala pasaron a la historia bibliográfica de Chascomús acompañados por un grupo de afectos entre los que se contaban integrantes de los recientemente agrupados Amigos del Patrimonio Cultural de la ciudad, funcionarios del Reino de la Amistad, la presidente de SADECH, y periodistas locales entre otros vecinos y seguidores de la cultura. Se multiplicaron las fotos y el sonido, que desconozco por qué, el efecto que provocaba una sensación cavernosa, como si las palabras llegaran desde los años de la reorganización nacional. Un libro para los que quieren pensar que todavía es posible organizarnos como un estado justo y soberano. Un libro necesario para nuestros gobernantes y más aún para los que aspiran a serlo.Comenta: Amiga Dellacasa



Los Vicepresidentes

Los Vicepresidentes pretende llenar un vacío en el estudio de los personajes que ocuparon este importante cargo, analizando a cada uno de ellos desde el punto de vista político, haciendo una recorrida sobre sus actuaciones públicas y una visión, en algunos casos analítica, sobre sus orígenes, sus virtudes y defectos.
Rodolfo Sala hace un análisis de la actividad pública y privada de los 33 ciudadanos que ocuparon los cargos y que produjeron acontecimientos políticos, emitiendo a lo largo del libro su opinión particular sobre los hechos.
El autor es un gran defensor de la Constitución del 53, pero hace una crítica severa a la forma con que la Carta Magna trata la institución vicepresidencial y, por supuesto, también a las reformas del 49 y del 94 que, con el voto directo que introdujeron, se permite que en casos de reemplazos del vicepresidente se constituya una fórmula con un presidente de un partido y un vicepresidente de otro, lo cual implica un tremendo disparate constitucional. Esta circunstancia pudo haber ocurrido cuando hubo comicios especiales en 1954, en cuya elección salió electo el almirante Tessaire (peronista) aventajando a Crisólogo Larralde (radical).
Hace un pormenorizado análisis de vicepresidentes que, estando “en el banco”, pasaron a ocupar la titularidad con señalado éxito, como Carlos Pellegrini, José Evaristo Uriburu y Victorino de la Plaza - dentro de los límites acotados que le permite el libro-. Narra singularmente el cambio de nombre de J. Hortensio Quijano, merced a una picardía política; y la confusión de nombre y apellido de Vicente Solano Lima. Sala deja entrever su simpatía por Elpidio González exaltando su reconocida honradez, pero también lo critica por no haber sido un vicepresidente solidario con Alvear, por mantener su exagerada fidelidad hacia Hipólito Yrigoyen.
En realidad, es un libro de consulta y aún de estudio por la cantidad de datos biográficos y estadísticos y por la secuencia de hechos históricos desde 1853 hasta 2007, contados amenamente. Hay que resaltar que cuando Rodolfo Sala editó el libro aún no se había producido el conflicto del vicepresidente Julio Cobos y la presidente Cristina Kirchner, lo cual lo libera de cualquier especulación novelera.

Discrepa abiertamente con el enfoque histórico del reciente libro, sobre este mismo tema, publicado por un conocido periodista, basado en que se quiere dar al mismo el carácter de una obra histórica, la cual es un trabajo periodístico aprovechando el enfrentamiento del vicepresidente Cobos con la presidente Kirchner, sin dejar de reconocer la calidad en este estilo, pero reiterando que no es un trabajo histórico cuando se le otorga al historiado que hable sobre sí, condicionando al escritor sobre los juicios que se haga sobre él. Además agrupa a todos los vicepresidentes de "facto" minimizando la tremenda influencia que tuvieron algunos de ellos en la historia argentina nos guste o no; baste con ello mencionar a Juan Perón, cuya mención exime de comentarios, o a Juan Pistarini como iniciador desde la vicepresidencia la monumental obra pública, o a Isaac Francisco Rojas con gran influencia política en el intento de acallar al peronismo. Tampoco estamos de acuerdo en considerar a José María Guido y a Ítalo Luder como vicepresidentes, cuando en realidad no lo fueron, sino que habían sido elegidos senadores y que por la ley de acefalía llegaron a la presidencia del Senado y a la primera magistratura.

Nota: (La imagen de la tapa que se ve en la parte superior corresponde a la segunda edición)














jueves, 10 de septiembre de 2009

Rodolfo Sala


Rodolfo Sala nació en Chascomús. Su padre ejerció el periodismo durante más de quince años, gran parte de ellos dirigiendo el diario El Radical, defendiendo los derechos individuales, en particular, la libertad de expresión, razón por la cual se vio perseguido y escondido en la estancia del doctor Gándara. Éste le regaló una Biblia en cuya dedicatoria le dice: “(...)he pedido al Divino Maestro Jesús, lo pusiera en libertad de sus perseguidores (...)8:20 de la tarde del 1 de octubre de 1936".
Esta herencia que recibió Rodolfo Sala lo indujo a escribir una biografía de Alberdi, quien quizá haya sido, actuado y escrito más que nadie sobre los derechos individuales. Su actuación pública y militancia política lo llevó a ser candidato a concejal, senador e intendente, y en el ámbito empresario, a ocupar cargos en la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Chascomús y a fundar varias sociedades anónimas. Es graduado en Dirección y Administración de Empresas y ha hecho viajes de estudio en Illinois e Iowa en los Estados Unidos. Ha desarrollado y publicado “Sistema de Gestión Hospitalaria” y “Sistemas para Ligas de Fútbol” en el área de la informática. En enero del año 2008 publicó “Los Vicepresidentes” Campanilleros del Senado o presidentes “en el banco”. En agosto de 2009 publicó "Charlando con Juan Bautista Alberdi"




"Llegar a la madurez es arribar al momento en que te das cuenta que tu vocación, tus deseos, tus ansias nada tienen que ver con lo que hiciste toda la vida, y cuando lo que hiciste toda la vida es lo único que te gustaba es probable que la desazón te aprese".
Rodolfo Sala